Vencer la adversidad.
Evangeliovisión
10/10/2018
Pon en práctica la valentia de Dios.
Pon en práctica la valentia de Dios.
Isaías 43:2
“Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti”
El propósito de las adversidades.
Dios no se opone a que existan adversidades en la vida de sus hijos. Estas cumplen con el propósito de ayudarnos a crecer y a madurar espiritualmente. Sin adversidades o pruebas no aprenderíamos a ser vencedores, ni a fortalecernos en el Señor, ni tampoco a esforzarnos en la lucha cotidiana para impulsarnos a vivir en una dimensión nueva que nos permita experimentar lo sobrenatural de Dios.
En sí, las adversidades no representan un problema; el problema puede surgir en la actitud que tomemos frente a ellas. Si pretendemos enfrentarlas en nuestra humanidad, la derrota estaría haciendo mella en nuestra vida espiritual; más sin en cambio, si las enfrentamos con las armas de la milicia que Dios nos da, estaremos saliendo avante ante ellas, pues nuestras armas son poderosas para derrotar y destruir fortalezas, principados y toda adversidad en contra nuestra. (2 Co. 10:3-5))
Las adversidades son también una oportunidad para acercarnos a Dios y aprender a confiar en su fidelidad.
SIETE PRINCIPIOS PARA SOPORTAR LAS PRUEBAS.
(1 Pedro 1:6-7)
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Las pruebas son por un poco de tiempo. No durará más allá de lo que Dios sabe que puedes soportar (1 Co. 10:13)
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Las pruebas son necesarias. La Biblia enseña que la prueba produce paciencia y que ésta forma carácter y desarrolla madurez espiritual.(Santiago. 1:3)
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Las pruebas producen aflicción: es una medida para pesar la intención de tu corazón. En la parábola de el sembrador (Mateo 13:1-23), señala que parte de la semilla cayó entre pedregales, donde no había mucha tierra; y brotó pronto, porque no tenía profundidad de tierra (v.5); pero no tiene raíz en sí, sino que es de corta duración, pues al venir la aflicción o la persecución por causa de la palabra, luego tropieza (v.21)
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Las pruebas son diversas. Es decir, son variadas, de distintas apariencias y formas diferentes. Cada cristiano entonces, debe estar preparado para ser probado en varias áreas de su vida.
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Dios prueba la fe. La razón de la prueba no es para hacerte desatinar o ponerte en apuros. El anhelo de Dios es el que al examinar tu corazón encuentre solo fidelidad y una fe que va de aumento en aumento como la aurora, hasta que el día es perfecto.
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El fuego de la prueba. Al igual que el oro en el fuego, la fe se prueba en aflicciones y pruebas. El calor del fuego hace que las impurezas del oro salgan a flote, logrando una mayor pureza en éste. Paralelo a este fenómeno, el calor de las pruebas hará que las impurezas sean quitadas de tu fe.
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La bendición de soportar la prueba. Soportar y salir aprobado de las pruebas producen bendiciones y mucha dicha. Cuando logras salir avante, das honra y gloria al Señor Jesucristo. La prueba produce en ti paciencia (Stg. 1:3), genera el carácter y amor de Jesús en tù vida (Romanos 5:3-5) y te encamina a subir al pódium de los triunfadores para recibir la corona de vida que Dios ha prometido a todos los que lo aman.
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